Aulas de sangre en Pakistán | El País Semanal
Los talibanes la hirieron cuando atacaron su escuela, pero su nombre no es Malala. Tampoco estudia en las comarcas del noroeste de Pakistán donde aquellos extremistas intentan imponer su ley y apartar a las niñas de la educación. Attiya Ali, de 11 años, acude a la Nation Secondary School de Ittehad Town, la barriada de Karachi donde vive con su familia. Tiene mucho mérito que siga haciéndolo, porque el tiroteo que mató al director de su colegio el pasado marzo le ha dejado con las piernas paralizadas. Ir a clase se está convirtiendo en una actividad de alto riesgo en ese país disfuncional y caótico.
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