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Emulando un campo de batalla, se sitúa un grupo de hombre frente a un grupo de mujeres, separados por un río. Los gestos son de enfado y rivalidad. Una voz en off masculina, con tono épico, explica: “Hubo un tiempo en que hombres y mujeres parecían enemigos íntimos y una frontera infranqueable que se interponía entre ambos”. Algunos jóvenes se excusan, jaleados por los hombres, mientras ellas siguen enfadadas: “Vale, es verdad que a veces miramos donde no debemos (se muestra al joven en un bar mirando el pecho a la joven), nos emocionamos con las repeticiones de las jugadas (dos amigos viendo la televisión celebran un gol), nos encanta la comida de nuestras madres (una mamá se vuelca en el joven y le pone su plato preferido) y la voz del GPS también (él se emociona en el coche con la voz femenina y acento francés del GPS). Tengo una: en nuestros conciertos lo damos todo (cuatro amigos sentados en el bar, tomando una cerveza, emulan a un grupo heavy). Pero lo que de verdad nos gusta, de verdad, de verdad, sois vosotras”. Todos gritan afirmando, cruzan el río corriendo y van hacia ellas para entregarles como regalo las botellas de cerveza Amstel que llevan en las manos. Ellas, encantadas, cogen las botellas, les perdonan y los abrazan sonrientes. “Amstel, sabemos lo que nos gusta”.
Tomado del Observatorio Andaluz de la Publicidad no Sexista
En fin, más de lo mismo¡ Es triste¡¡¡
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